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Tradicionalmente, las soluciones más frecuentes para la gestión del riesgo por eventos meteorológicos extremos y cambio climático en la costa son las basadas en actuaciones que buscan la protección directa de los usos actuales de las zonas aledañas, pero comienzan a surgir propuestas alternativas basadas en la protección de los sistemas naturales, como elementos que pueden proporcionar niveles de protección adecuados. La inversión en soluciones basadas en los servicios que nos ofrecen los sistemas naturales costeros, a través de mejoras en su conservación o restauración, es una opción económicamente efectiva para aumentar la resiliencia frente a eventos extremos y el cambio climático.

Existen evidencias contrastadas de modificación de los patrones de distribución actual de los elementos estructurantes de dichos sistemas (fanerógamas, macroalgas), que dependen de su vulnerabilidad frente a la exposición a condiciones en su entorno físico (variables meteo-oceanográficas) por encima de unos determinados umbrales de aceptación (indicadores físicos específicos). España se encuentra ubicada en una región especialmente vulnerable frente al calentamiento global, al tiempo que toda su costa se caracteriza por su riesgo frente a fenómenos costeros extraordinarios, por lo que se hace necesario su evaluación para una correcta gestión.

El ámbito de aplicación de C3N se circunscribe a toda la costa española, con especial incidencia en la costa cantábrica, debido a los fuertes gradientes ambientales observados en esta zona.